Hay ciudades que se resisten, es verdad, pero no por ello vas a dejar de salir de gira. Era difícil competir con Neuman o incluso con la resaca de Bunbury la noche anterior, aunque hay público de Matellán que no falla. Fue íntimo, sí, como se suele decir en estos casos, pero nos pareció uno de los mejores conciertos y os vamos a contar por qué...
El formato calidoacústico, con Matellán y Cárdenas en un mano a mano a dos guitarras, le da un toque americano al repertorio que te deja atontado en las partes instrumentales. Además, la química que tienen ambos en el escenario te hace sentir parte de algo especial. Compartieron bromas, risas, que si para qué tenemos un setlist si te lo vas a saltar, que si no cantáis vamos a ver pasar la bola del desierto... Nada encaja mejor con la música en directo que un buen sentido del humor y si no que se lo digan a Antílopez, por ejemplo.
Luego está la cuestión de que la proximidad con el público, una de las bazas de Davile. Por eso acabó haciendo las últimas tres canciones del setlist en el patio de butacas, en una silla como la del resto del público, sin micro ni amplificadores. Así, lo que empezó con Lion's Dance llegó a Enérgica, todo un clásico, que puso el punto y final sin darnos cuenta. Siempre se nos hace corto.
En el postconcierto hubo copas, discos y unas pizzas que nos sentaron de lo más bien. El año que viene, más y mejor. Hay que seguir calentando con música los escenarios del mundo, ¿no?
Volvimos a casa al día siguiente con una sonrisa y un disco bajo el brazo, Calidociclo, que resulta que aparecemos en él y todo y nos hace una ilusión especial. El mejor regalo de Navidad, sin duda.
Pronto vídeos :)
Crónica y fotos: Silvia Tinoco para La Batuta Comunicación