Hay gente que está destinada a dedicarse a la música por muy difíciles que se pongan las cosas. Él es una de esas personas. De las que tienen talento natural, no se despegan de la guitarra, pueden cantar lo que les apetezca y respiran música sin prejuicios. Por eso, cuando nos habló de su nuevo proyecto no dudamos en apuntarnos. Queremos darle la bienvenida a la familia batutera a... Chesko González.

Malagueño inquieto, desde que puso las manos sobre su primera guitarra cuando era pequeño no ha parado. Empezó con versiones de Nirvana y poco después se atrevió con sus propios proyectos musicales. Del rock al mestizaje, Chesko no le tiene miedo a nada nada. Abierto, siempre dispuesto a aprender y experimentar, se presenta ahora en solitario.

"Soy de la tribu del mundo, músico de la cultura universal, y siempre estoy dispuesto a cantarte unas coplillas para alegrarte el día".

Tras la disolución de su última banda allá por 2013, Chesko decide dejar atrás su tierra para buscar nuevos caminos y pone rumbo a Edimburgo. Allí se dejó impregnar por la diversidad cultural de la ciudad y, guitarra en mano, volvió a componer y a ofrecer conciertos tanto en locales españoles como en pubs tradicionales escoceses. Hasta hubo una temporada en la que solía hacer busking (actuar en la calle) en la Royal Mile o en Rose Street. También conoció a muchos músicos procedentes de otros lugares y culturas, con los que se adentró en terrenos como el son cubano, el bolero, la salsa, el fado...